miércoles, 31 de julio de 2013

Control de Calidad de Materia Prima


e.-Salmuerado
En el caso de los medallones, la inmersión es en una solución fuerte del 15% por 25-30 minutos, para los filetes entre el 5 y 7% por 25-30 minutos. La inmersión en salmuera facilita la eliminación de coágulos de sangre y otras exudaciones propias del pescado, así como para mantener una adecuada textura para las operaciones siguientes.
El tiempo y concentración de la salmuera puede variar, dependiendo de la textura y penetración de sal. Terminada la inmersión en salmuera, se debe hacer un lavado de enjuague con salmuera limpia con el mismo grado de sal.
f.-Envasado
Operación que consiste en el acomodo de las piezas de trucha , debidamente cortadas y evisceradas, en los envases respectivos, de tal manera que el peso envasado se enmarque dentro del rango especificado para cada tipo de presentación.
El acomodo debe ser tal que las piezas no se presionen en la pared interna del envase y se peguen a las paredes en el momento de la cocción y también que permita la fácil evacuación de la sanguaza en el enjuague y la eliminación de residuos de sangre en la operación de drenado del líquido de pre-cocción.
El peso de envasado para los medallones será entre 190-195 gr para los filetes sin piel 200-205 gr tomando además las consideraciones en cuanto a la capacidad del envase.
El control del envasado es importante por que hasta este punto del proceso, el pescado ha sufrido el mayor deterioro del proceso, ya sea por manipuleo o por la degradación autoenzimática y/o microbiana, y que de aquí en adelante en el proceso de conservas, se va a paralizar esta actividad enzimática por medio de la cocción y la posterior destrucción de los microorganismos viables por esterilización y el manipuleo ya no será de las piezas de pescado sino de latas con pescado envasado.
Hasta esta parte del proceso las piezas deben conservar todas sus características de calidad iniciales en la recepción y además que no presenten defectos de calidad tales como la presencia de escamas, de vísceras y de sanguaza. Para esto, el control debe efectuarse permanentemente de todos estos defectos y corregirlos así como también el control de peso.
Cualquier defecto de calidad que logre pasar esta línea va a ser sumamente difícil detectarlo en las otras fases y si se detectase involucraría destrucción del pescado envasado y cocinado y no de unas latas sino de un considerable número de latas.
El pescado desde el corte hasta su cocimiento no debe demorar más de 40 minutos, por que a parte de la degradación enzimática y/o microbiana, se suma la oxidación de la grasa por el oxígeno del aire presente, esto ocurre en las superficies resultantes del corte y el grado de oxidación va a conferir defectos de calidad tales como el color amarillento propio de las grasas oxidadas que son fácilmente detectables en el análisis final de la conserva.



g.-Cocción
La trucha debidamente cortada y envasada, deberá someterse a un proceso de cocción, el mismo que se efectúa por las siguientes razones :
·         Eliminar parte del agua y grasa de composición del pescado, con el objeto de mejorar la textura y el sabor del pescado.
·         Para reducir la velocidad de la degradación enzimática.
·         Para reducir la actividad y carga microbiana.
·         Para coagular la sangre remanente en el interior del músculo y facilitar su posterior eliminación, mediante el drenado del líquido de cocción.
Los parámetros a controlar en el proceso de cocción son tiempo y temperatura, los mismos que están relacionados con la textura del pescado cocinado.
Para un óptimo proceso de cocción la misma que debe realizarse a 25 minutos por 1000C, se debe añadir una salmuera del 3%, por las siguientes ventajas:
·         Facilita la eliminación de los coágulos de sangre y de la materia grasa contenida en el líquido de cocción, por el rebosamiento de éstos.
·         Evita que se pegue la piel a las paredes internas del envase.
·         Favorece una óptima transferencia de calor.
El control en referencia a esta operación, debe ser orientado hacia la verificación de la temperatura y el tiempo de proceso, lo mismo que el control constante del grado de cocción, de tal manera que bajo estos controles se logre la textura adecuada.
Se pueden presentar problemas de sobrecocción, y esto ocasiona que la piel del pescado se pegue a las paredes internas del envase, que los coágulos de sangre al enfriarse se depositen en el fondo de las latas, siendo difícil su eliminación posterior en el drenado y que una eliminación exagerada del agua del pescado determina deterioro de la textura del mismo.
El otro problema a evitar, es el insuficiente grado de cocción, en estos casos se va ha tener una humedad exagerada, lo mismo que un contenido graso por encima de lo normal que va a ocasionar un deterioro en la textura del pescado y que también va a afectar la calidad del aceite u otro líquido de cobertura por la eliminación posterior de este exceso en el proceso de esterilización.
Un problema grave ocurre cuando se produce interrupciones y no se suministra vapor por un tiempo prolongado, hacen que el pescado quede expuesto a las corrientes de aire frío que ingresa al túnel, y el músculo toma coloraciones amarillentas por la oxidación del contenido graso por el oxígeno activo del aire. Eso también puede suceder cuando el pescado ya cocinado, se enfría y es expuesto por un largo período antes de su sellado.

La oxidación se manifiesta en el producto con diversas coloraciones amarillentas en el músculo expuesto, estas zonas son la superficie del corte y el interior de la cavidad abdominal y le confiere al producto un olor y sabor definido detectables por inspección.

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